domingo, 17 de septiembre de 2017

HILDEBRANT EN SUS TRECE: CANCILLER RICARDO LUNA:
LUNA MENGUANTE

(Publicado en Facebook del Embj. Oswaldo de Rivero)

El nombramiento de Ricardo Luna aparece como uno de los más trémulos errores del presidente Kuczynski.

En el Palacio de Torre Tagle la agenda pro-chilena tiene un lugar privilegiado. Se actúa sin consenso diplomático a la hora de tomar decisiones de repercusión internacional, se coquetea con el fujimorismo y el vicecanciller goza de una autonomía pocas veces vista. La Cancillería ha entrado en fase de cuarto menguante y el descontento del cuerpo diplomático con la gestión de Ricardo Luna ya no es ningún secreto.

Cuando el 15 de julio del año pasado el entonces presidente electo Pedro Pablo Kuczynski anunció que Luna iba a ser su canciller, en Torre Tagle cundió la preocupación. Luna tiene fama de padecer de mal carácter y de ser arbitrario cada vez que puede.

Por eso cuando nombró a su colega Néstor Popolizio como vicecanciller, la medida supuso un alivio. De hecho, aseguran fuentes de Cancillería, no pasó mucho tiempo para que Popolizio se convirtiera en la sombra de Luna al frente de Torre Tagle.

“En Cancillería sucede lo mismo que en Palacio de Gobierno. Si allí Pedro Pablo Kuczynski delega todo en el premier Fernando Zavala, aquí Luna deja todo en manos de Popolizio. Es él quien dirige los procesos de ascensos, nombra embajadores y establece las políticas de relaciones exteriores”, dice un embajador en actividad.

El peso de Popolizio en Torre Tagle, por ejemplo, se vio en el incidente que nuestro país tuvo con el embajador francés Fabrice Mauries en julio último. Según la periodista Rosa María Palacios, Popolizio fue quien tuvo un altercado telefónico con Mauries a raíz del falso rumor de que Ollanta Humala y Nadine Heredia tenían planeado refugiarse en la embajada francesa. El chisme sin fundamento habría desencadenado una serie de desencuentros que vivió su momento crítico cuando Cancillería prohibió a todos sus funcionarios asistir a la ceremonia del Día Nacional de Francia del 14 de julio. El asunto terminó con la cancelación de la visita a Perú del presidente francés, programada para el 13 de septiembre.

“Por lo menos en los últimos 50 años no se ha visto que Cancillería prohíba a sus funcionarios asistir a ceremonias de las embajadas de cualquier país. La única fiesta a la que no se asiste, por obvias razones es al día de “Las Glorias Nacionales”, que la embajada de Chile celebra todos los 19 de septiembre”, dice la fuente diplomática. (Y eso debe estar a punto de revisarse).

Un último capítulo de esta historia tuvo lugar el viernes pasado. Con el ánimo de corregir la metedura de pata y restituir las relaciones con Francia, el presidente Kuczynski condecoró a Mauries con la “Orden del Sol”. El evento fue en estricto privado y en lugar de ser en

LA AGENDA
Los tres temas que han predominado en la agenda diplomática durante el año que Luna lleva a cargo de la Cancillería han sido la obsesión porque Perú entre a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el silenciar aquellos temas limítrofes que puedan irritar el ánimo chileno y una agresiva campaña contra Venezuela.

“No hay duda de que Perú ingresará a la OCDE”, dijo Luna el pasado 12 de junio en Madrid, cuando acompañó a Kuczynski en una visita oficial. “No se entiende las razones que tiene Luna con que el país entre a una asociación de países, donde no están como miembros China, Rusia, Brasil, India o Sudáfrica. Todos los esfuerzos de Cancillería, recursos incluidos, ahora están apuntando a ese objetivo”, añade una fuente que pidió el anonimato. Otro embajador señala: “Luna ha estado vendiendo la idea de que estamos a punto de entrar a la OCDE, pero lo cierto es que la organización sólo está aplicando uno de sus programas con nosotros. Eso no asegura de ninguna manera nuestro ingreso”. Según la página de la OCDE, los únicos países latinoamericanos que están en progreso de ingreso son Colombia y Costa Rica. Perú aparece bajo el rótulo de “Programa País”. Es decir, como una nación a la cual le están dando sólo asesoría.

Y si la obsesión por entrar al club de la OCDE es inexplicable más lo es la condescendencia de Luna con Chile. Cuando el Ministerio de la Producción propuso, en julio pasado, autorizar a dos empresas chilenas (Saga Falabella y Ripley) comprar terrenos dentro de los 50 kilómetros de frontera, Cancillería guardó riguroso silencio. “El Ministerio de Relaciones Exteriores tiene una Dirección de Soberanía que depende directamente del canciller y cuando están comprometidas nuestras fronteras tienen la obligación de dar su opinión. En este caso ni Luna ni sus subalternos dijeron absolutamente nada”, señala el internacionalista Aníbal Sierralta.

No ha sido el único guiño que Luna le ha lanzado a Chile. Durante la gestión de Ollanta Humala, las agendas de conversación entre nuestra cancillería y la chilena tenían siempre como último punto “el derecho del mar”. Desde el ingreso de Luna, este capítulo ha sido suprimido. Una evidencia de ello es que en los 25 acuerdos que Kuczynski firmó con su par Michelle Bachelet en la cumbre binacional de julio pasado no se tocó ni por asomo el tema marítimo ni mucho menos el espinoso asunto del “triángulo terrestre”. “Hildebrandt en sus Trece” accedió al paquete de los otros 110 acuerdos adicionales que se dieron en la cumbre y tampoco se menciona el tema. En cambio sí se aprobó un plan de trabajo para la venta de energía y gas a Chile.

El pasado 9 de agosto en Torre Tagle hubo una reunión de cancilleres de América Latina donde se acordó condenar al gobierno de Venezuela como una dictadura. La cita fue una convocatoria que nació del gobierno peruano y en la que Luna puso especial interés. De los 17 países invitados sólo 12 enviaron a sus cancilleres. “Aquí se cometieron varios errores diplomáticos y todo por el afán de protagonismo de Luna. ¿Por qué Perú debía encabezar una cumbre anti Venezuela? ¿Por qué convocar a una reunión de emergencia de cancilleres sin un organismo como paraguas? La cita de Lima no es reconocida por la Unasur, OEA ni Mercosur como una de sus reuniones. Eso no lo han explicado ni Luna ni el gobierno”, dice la fuente diplomática.

Dos días después de la cita de cancilleres, el gobierno expulsó al embajador de Venezuela, Diego Molero. “Cuando tú retiras a un embajador, estás rompiendo relaciones con su país. El consejo que se le dio a Luna era el de suspender relaciones con Venezuela y no expulsar al embajador. Él no hizo caso. En Torre Tagle no se entienden las razones del porqué se está actuando tan duro con Venezuela”, dice otro informante. Y añade: “Perú lleva 5 meses sin embajador en Venezuela y allá sólo tenemos a un agregado comercial. Y hay más de 100,000 peruanos residiendo allí”.

RECUERDOS DEL PASADO
En diciembre esta publicación información que Luna había sido uno de los organizadores del cese de 117 diplomáticos que el gobierno de Alberto Fujimori propició en 1992. Y como embajador en Washington se encargó de defender el autogolpe a capa y espada en los fueros internacionales. Y tal parece que la simpatía de Luna por el fujimorismo no es cosa del pasado.
En enero último Luna ascendió a grado de embajador a Francisco Tenya Hasegawa, uno de los diplomáticos de Torre Tagle próximo al fujimorismo. Tenya es recordado por haber sido durante toda la década de los noventa el brazo derecho de Víctor Aritomi, cuñado de Alberto Fujimori, en Japón. Tenya en su primer año como embajador fue destacado a una de las plazas más deseadas por los diplomáticos: Naciones Unidas.

“Tenya fue nombrado representante en Naciones Unidas cuando ya teníamos a uno, que era el embajador Gustavo Meza Cuadra. No es común que un país tenga dos representantes ante el máximo ente internacional y menos aún que un recién ascendido a embajador tenga ese peleado encargo”, dice la fuente de Cancillería.
Eloy Marchán
Hildebrandt en su Trece

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