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Febrero 2008
Buen Gobierno
Febrero 2008
Los enclaves narcos globales
Oswaldo de Rivero
Hoy el narcotráfico global mueve recursos financieros por alrededor de 400 billones de dólares anuales. De ellos, más de 5 billones van directamente a los agricultores de los países subdesarrollados y 100 billones a los narcotraficantes finales. Cuando los agricultores y narcotraficantes que operan en el territorio de un país se integran a este flujo financiero, el territorio donde actúan se convierte en un enclave narco con enormes recursos financieros que le permiten defenderse militarmente y a la vez irradiar corrupción e influencia política en el ámbito nacional.
Estos poderosos enclaves existen en regiones del mundo que por razones climáticas son rentables para cultivar la hoja de coca y la amapola y obtener cocaína y heroína, las dos drogas duras con más demanda en el mundo. En Asia hay dos grandes enclaves globales productores de heroína, la “Media Luna de Oro” y el Triangulo Dorado. El primero comprende cultivos de Afganistán, Pakistán, Irán y Turquía y el segundo de Birmania, Laos y Tailandia. En América Latina el enclave predominante exportador de cocaína están en Colombia, pero hay indicios claros que está en formación un nuevo enclave global en el Perú, en los valles del los ríos Apurimac y Ene (VRAIE),
Los enclaves narcos globales cuando logran exportar una masa critica de heroína o cocaína se perennizan y comienzan a ser gobernados y defendidos por narcotraficantes que se convierten en verdaderos señores de la guerra que defienden con armas modernas y ferocidad las plantaciones, las instalaciones de procesamiento y las vías de comercialización, como si fueran su patria. Esos territorios son de facto autónomos, cuando existen autoridades del Estado, éstas están compradas o disuadidas.
La defensa del enclave global narco origina una suerte de conflicto perpetuo, una suerte de guerra del fin del mundo, con largos períodos de violencia, treguas armadas y rebrotes de la violencia como pasa en Colombia y en el Asia. También estos enclaves narcotraficantes globales tienen una gran adaptabilidad reproductiva. Cuando un territorio está presionado por la erradicación surgen nuevos ya sea en el mismo país o en otros países vecinos, como ha pasado con el Plan Colombia, que ha parido nuevos cultivos en ese país y también favorecido la expansión de cultivos en el VRAIE.
Hoy, el Perú es el segundo productor de cocaína, produce el 29% de la producción del mundo y este hecho económico global ya se defiende con narco-mercenarios y sicarios en el Huallaga Central y sobre todo ahora en el VRAIE, que se perfila como el principal productor de coca en el Perú, donde además está involucrada la mafia mexicana de la droga.
Desde el 2004 se han registrado casi 100 incidentes, atentados y ataques con potentes armas modernas contra las políticas antidroga. Los atacantes no son terroristas o guerrilleros que quieren el poder en el Perú sino remanentes de Sendero y nuevos reclutas, ex-policías, licenciados y jóvenes que se han unido al narcotráfico para participar de las ganancias globales que éste les proporciona. Aunque vociferen un jergón marxistoide son una banda armada de narcotraficantes que defiende con ferocidad su dorado enclave capitalista clandestino.
Las boyantes exportaciones de cocaína hacia los Estados Unidos y Europa, vía los mexicanos por los puertos del Perú sin necesidad de TLC y todos estos ataques y represalias armadas contra la incautación y la erradicación de cocaína y plantaciones sugiere que en el Perú ya se está logrando la masa critica de producción y exportación de cocaína necesaria par hacer surgir un enclave global perenne en el VRAIE.
Si esto sucede, la sociedad peruana será aun más corrupta de lo que es. Los intereses del narcotráfico infiltrarán la economía, la política, la justicia, el deporte, tal como ha pasado en todos los países con enclaves narcos globalizados. Es más, el nuevo enclave narco peruano “dará trabajo” a cientos de jóvenes desempleados que cambiarán el trapo con que lavan autos por un Kalashnikov y ganarán en dólares. Será miembros del “ejercito de liberación” pero con mejor camuflaje ideológico que las FARC, porque el Perú dispone de más piruetas históricas que Colombia. Así, los nuevos cadetes del narcotráfico serán los defensores del derecho ancestral de los peruanos al cultivo de la coca (enclave narco) contra un “estado corrupto y vendido al imperio”.
El establecimiento de un enclave narco global en el Perú en el VRAIE no se erradicará fácilmente con la fuerza militar. En Colombia no se ha podido ni con ayuda de los Estados Unidos. Hay que evitar caer en un conflicto perpetuo similar. No hay que combatirlo sólo militarmente sino impedir que la producción de cocaína salga tan fácilmente por las fronteras y los puertos del Perú y al mismo tiempo, impedir el lavado de dinero en el país y en el extranjero. En pocas palabras, hay que quitarle al enclave en formación su conexión financiera local y global para dejarlo sin recursos.
Si no se hace esto y el enclave se perpetuara en el Perú, el dominio del territorio y el monopolio del uso de la fuerza por el Estado se irá perdiendo. El país entonces progresivamente se convertirá en una "Entidad Caótica Ingobernable" como Colombia, donde el gobierno tiene que negociar con los narcotraficantes, como si éstos fueran otra entidad territorial soberana.
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