martes, 13 de mayo de 2008

Realpolitik y crisis del Consejo de seguridad

FORUM TPSIPOL : RED DEMOCRATICA

23/04/2003


REALPOLITIK Y CRISIS DEL CONSEJO DE SEGURIDAD
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Por: Oswaldo de Rivero*

Para usar la fuerza internacionalmente se necesita el permiso explícito del Consejo de Seguridad. En otras palabras, que de los 15 miembros del Consejo, una mayoría mínima de 9 países vote a favor y que no exista voto en contra (veto) de ninguno de los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad. La única excepción a este permiso explícito es el uso de la fuerza como legitima defensa ante un ataque armado sorpresivo, que luego de ejercida, debe ser inmediatamente reportada al Consejo de Seguridad.

Esta es la metafísica política-jurídica que autoriza el uso de la fuerza en las relaciones internacionales. Digo metafísica porque para que funcione en el mundo real no debe ir en contra de la estructura vigente del poder mundial, ya sea esta estructura bipolar, unipolar. Cuando todo este andamio metafísico politico-jurídico se aplica sin tener en cuenta el poder mundial, el Consejo de Seguridad hace crisis.

El sistema de seguridad colectiva de las Naciones Unidas tiene que practicar realpolitik o lo desmoronan los terremotos que causan las políticas de poder bipolares o unipolares. Durante la guerra fría, es decir, cuando el poder mundial era bipolar, el Consejo Seguridad se ajustó a esta realidad del poder mundial, funciono con realpolitik y admitió su marginalidad, respetando las zonas de influencia de las dos superpotencias. Así, la URSS, invadió Hungría, Checoslovaquia y Afganistán y los Estados Unidos intervinieron en el Líbano, República Dominicana, Vietnam, Granada y Panamá, sin que el Consejo de Seguridad se pronunciara sobre estas intervenciones contra la Carta de Naciones Unidas.

El fin de la guerra fría y la implosión de la URSS produjo un cataclismo de las capas tectónicas de la estructura bipolar del poder mundial haciendo surgir el unipolarismo. Estados Unidos surgió como el hegemón global. Su zona de influencia abarca todo el globo, incluyendo las zonas de influencia de la URSS en Europa del Este, en el Báltico, en Asia Central y en el Cáucaso.
Hoy, el problema para las Naciones Unidas es que esta nueva estructura unipolar del poder mundial es más difícil de compatibilizar con el sistema de seguridad colectiva del Consejo de Seguridad. Si con la bipolaridad era difícil arreglar conflictos también lo es, inclusive en mayor grado, con la unipolaridad porque esta estructura de poder tiende a recurrir a la unilateralidad en temas que inclusive van mas allá de los temas del Consejo, afectando así toda la acción multilateral del sistema de las Naciones Unidas.

Cuando termino la bipolaridad, ingenuamente se creyó que se vivía un nuevo orden mundial donde funcionaría el sistema de seguridad colectiva del Consejo de Seguridad. Esto, porque por primera vez el Consejo salió de la marginalidad que le impuso la bipolaridad y logro autorizar el uso colectivo de la fuerza contra Irak, durante la primera guerra del Golfo Pérsico en 1991. Sin embargo, esta autorización sólo fue posible porque los Estados Unidos inauguró con vigor su poder unipolar a favor del Consejo de Seguridad, gestando con este poder la unanimidad de todos sus miembros para expulsar militarmente a Irak de Kuwait.

Muy poco duraría esta ilusión del buen funcionamiento del Consejo de Seguridad con una estructura unipolar. En efecto, los Estados Unidos en 1999, apoyados por la OTAN, desafiaron al Consejo y sin su permiso, debido a la oposición de Rusia y China, hicieron uso de fuerza contra Serbia, bombardeando Belgrado y el Kosovo, inaugurando así, después de la guerra fría, su unilateralidad contra el sistema multilateral de seguridad colectiva del Consejo de Seguridad.

Muy pronto también el unilateralismo de la unipolaridad se hizo sentir en otros ámbitos. Estados Unidos, rechazo estar controlado por el Protocolo de Kioto sobre emisiones de gases, también rechazo ser miembros de la Corte Penal Internacional y pidió inclusive inmunidad de la Corte contra las tropas norteamericanas que participan en las Operaciones para el Mantenimiento de la Paz establecidas por el Consejo de Seguridad.

La unipolaridad y su unilateralidad se convirtieron en doctrina cuando en setiembre del 2002, los Estados Unidos rugieron ante el mundo su nueva estrategia unipolar. En un documento publicado por la administración Bush se hizo saber que los Estados Unidos esta dispuesto a mantener la preeminencia de su poder y de su seguridad sobre cualquier otro poder en el mundo. El documento dejó bien claro que no dejaría que ninguna otra potencia pudiera rivalizar con el poder militar norteamericano. Washington afirmó además la unilateralidad militar, proclamando la doctrina del “ataque armado preventivo”, es decir atacar sin haber sido atacado, algo totalmente contrario al sistema de seguridad colectiva del Consejo de Seguridad.

El anuncio de esta nueva doctrina no hizo sino exacerbar la desconfianza y el disgusto que sentían ya Francia-Alemania, Rusia y China en contra la unipolaridad y la unilateralidad americana. Ya en 1998, el ese entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Francia Humbert Vedrine había dicho claramente: “no podemos aceptar un mundo unipolar y estamos luchando por un sistema multipolar”. También, el presidente de Rusia Vladimir Putin y el Presidente de China Jiang Zemein había declarado en varias oportunidades que no aceptaba un sistema unipolar. En julio del 2001 Rusia y China formalizaron un tratado donde se comprometían a construir un mundo multipolar.

A pesar de la nueva doctrina estratégica de la guerra preventiva y que el Congreso había aprobado esta guerra contra Irak sin importarle lo que decidiera el Consejo de Seguridad, la administración Bush, contrariamente a toda realpolitik, se arriesgó y recurrió al Consejo de Seguridad en busca de una resolución que legitimara, nada menos, que una guerra preventiva contra Irak. Los Estados Unidos muy bien hubiera podido legitimar su intervención unilateral y preventiva en Irak, como lo hicieron en el Kosovo. En esa oportunidad legitimaron su una intervención unilateral invocando la limpieza étnica y la defensa de los derechos humanos. En el caso de Irak hubiera podido invocar la defensa de la autoridad del Consejo de Seguridad porque Irak había violado el cese de fuego impuesto en 1991 incumpliendo por 12 años diez resoluciones del Consejo de Seguridad pidiéndole que se desarme.

Los Estados Unidos no solo recurrieron al Consejo de Seguridad, sino que además, recurrieron advirtiendo que atacarían a Irak inclusive si el Consejo no autorizaba este ataque. Es decir, presentaron una proyecto de resolución pidiendo autorización para usar la fuerza pero diciendo al mismo tiempo que no necesitaba autorización! Al hacerlo, los Estados Unidos, no hizo otra cosa, que pedir un referéndum mundial en las Naciones Unidas para que se le reconociera como hegemón y se legitimara su unilateralidad.

Esta aberración diplomática es totalmente contraria a una realpolitik. Seguramente que Kissinger un realista seguidor de Matternich jamas hubiera hecho una movida tan confusa y riesgosa ante el Consejo. Con ella, lo único que obtuvo los Estados Unidos fue un fracaso diplomático. Tuvo que retirar su resolución ante la amenaza de veto de Francia, Rusia y China, que como hemos visto, estaban en busca de un mundo multipolar.

Sin embargo, tampoco Francia, Rusia y China actuaron guiados por una “realpolitik” porque pretendieron, nada menos, que imponer el multipolarismo a través de su veto a los Estados Unidos. Esta pretensión era irrealista porque el Consejo no esta para definir formalmente la estructura unipolar o multipolar del poder mundial. La cruda realidad histórica de las relaciones internacionales es que el poder mundial fluye de los conflictos, y así pasó, los Estados Unidos atacó Irak y les volvió a demostrar a Francia, Rusia y China que el poder mundial es unipolar.

La falta de realpolitik de los cinco miembros permanentes con derecho a veto hirió gravemente al sistema multilateral de seguridad colectiva de las Naciones Unidas porque el Consejo de Seguridad no esta arquitecturado para soportar el reto de un referéndum sobre unipolaridad o multipolaridad y un pleito diplomático irreal entre un hegemón global y tres grandes potencias que no lo igualan en poder real sino en poder formal, solo por el hecho de tener veto.

La verdad es que el Consejo durante toda la guerra fría como después de ella, solo ha podido resolver algunos conflictos menores que no afectan la estructura del poder mundial. No pudo resolver la situación en Somalia, se paralizo en Bosnia, donde la OTAN reemplazo a la ONU, no actúo oportunamente ante el genocidio en Rwanda. Siempre ha sido así, solo que esta vez debido a la falta de real politk de parte de las cinco potencias con derecho a veto y debido sobre todo a la globalizacion de los medios de comunicación se conoció la verdad, que el rey estaba desnudo, que esta desnuda realidad es que el Consejo de Seguridad no tiene poder inherente, no es una gran potencia sino que depende de la correlación de fuerzas entre las cinco potencias que tienen veto, es decir, de la estructura del poder mundial

Nunca el Consejo, como lo pedía la Carta desde 1945, logro establecer un Estado Mayor que reclutara y dirigiera fuerzas militares propias de Naciones Unidas contra un Estado agresor. Las Naciones Unidas fueron desde el comienzo una organización de paz y seguridad sin espada y por lo tanto su sistema de seguridad colectiva debe adecuarse con realpolitik a la estructura del poder mundial para no ser vapuleado.

El funcionamiento del Consejo de Seguridad no dependerá que se reforme su composición sino de la evolución de la estructura del poder mundial. Hace ocho anos que se debate la reforma del Consejo, el resultado es que nadie quiere perder su derecho a veto, ni compartirlo con nuevos miembros. China que lucho por casi 25 años para ser miembro permanente con derecho a veto jamas dejará que entre Japón al Consejo como nuevo miembro permanente de Asia con derecho a veto y así desafíe su poder regional. Este es el obstáculo que más bloquea la reforma del Consejo. Si Japón no entra como miembro permanente asiático tampoco entra Alemania por Europa, ni Brasil por América Latina. Lo único posible es que se aumente el número de los miembros no permanentes, pero que poder le da al Consejo que existan mas miembros no permanentes que son marginales en el poder mundial.

La única manera de que el Consejo funcione es que el unilateralismo de los Estrados Unidos se autolimite debido a su falta de eficacia. La unipolaridad y el unilateralismo norteamericano se basan fundamentalmente en su poder militar. Estados Unidos con sus 7 flotas y decenas de bases militares y aéreas en todo el mundo proyecta poder militar como ninguna otra potencia lo hecho en la historia de la humanidad. Este poder ha servido para cambiar regímenes en Belgrado, en el Kosovo, Kabul y Bagdad, pero no ha probado hasta ahora ser eficaz en la gobernabilidad, reconstrucción y democratización de los países ocupados.

Diríamos que el poder norteamericano puede cambiar talibanes y tiranos pero no puede reproducir su propia sociedad y cultura. Hasta ahora, este poder cada vez más militarizado, no ha traído democracia y ni prosperidad. El Kosovo sigue sin futuro, Afganistán en manos de señores de la guerra y exportando heroína, Irak no se presenta fácil, los saqueos han producido al parecer mas daños que los bombardeos, su futuro es una incógnita. El poder militar de Estados Unidos parece que hasta ahora otorga victorias sin triunfos políticos. Además, la globalizacion económica esta en crisis, la economía mundial y la de los Estados Unidos están muy debilitadas. La democracia a pesar de haberse extendido por el mundo es de muy baja intensidad, se limita a solo a elecciones. Inclusive debido a la lucha contra el terrorismo, muchas libertades civiles han sido recortadas en los mismos Estados Unidos.

Los destacados profesores Paul Kennedy y Josehp Nye, consideran que el poder militar de los Estados Unidos no es eficaz para hacer frente a los desafíos del siglo XXI. No se puede hacer frente al terrorismo, al narcotrafico, al tráfico de personas, armas, lavado de dinero, a los graves problemas ambientales, al Sida, a la pobreza y al gran movimiento migratorio clandestino con portaviones, misiles crucero, F18 y marines. Pronto sabremos si las dificultades en Irak hacen que Estados Unidos, el Sheriff solitario como lo llama hoy el profesor Samuel Huntington, regresa al Consejo de Seguridad en busca de apoyo y legitimidad para propiciar la prosperidad y democracia de ese país. Si esto sucede, esto no es el comienzo del fin de la hegemonía norteamericana, sino solo el comienzo del comienzo. Esperemos que esta vez exista realpolitik entre los miembros permanentes del Consejo.

Oswaldo de Rivero

Embj. Peru ante las NNUU
New YorAbril, 2003

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